Prudencia: es la capacidad de pensar ante ciertos acontecimientos o actividades.
He leído algunas personas que carecen de ética y discreción, y hablan de respeto y disciplina, manipulando a personas con falta de autenticidad y de análisis objetivo hasta llegar al punto de autovictimizarse.


Antes de enjuiciar, presuponer o culpar a alguien, o resaltar valores, debemos conocer bien los conceptos, sus definiciones, significados y, por qué no, los antónimos para no caer en el victimismo.
Quiero resaltar que victimizarse no es lo mismo que ser víctima. La víctima no siempre se victimiza porque a menudo no ha perdido dignidad.


La autovictimización es cómoda y agradable. La persona que se victimiza se ubica en un espacio imaginario que le confiere automáticamente «la razón» y las consideraciones incondicionales de otras personas.


A veces, las víctimas se autovictimizan; otras, tienen la suficiente dignidad como para no hacerlo. Estas son las víctimas admirables y ejemplares, como es el caso, por ejemplo, de Nelson Mandela.
Los autovictimizados que no han sido víctimas, como es el caso que nos motivó a escribir, necesitan crearse un victimario.


Esta táctica es moneda de cambio, y forma parte de la agenda de muchos de los llamados «líderes sociales y políticos», en especial los inscritos en la ideología Bochista.
El victimismo es la capacidad que tienen las personas para hacerse la víctima delante de los demás, y obtener algunos beneficios que no solo pueden ser dañinos para la persona victimista, sino también para aquellos que les rodean.


Es por eso que los individuos que van de víctimas, en muchas ocasiones deben ser detectadas para intentar ayudar a visualizar que esto se trata de una actitud muy perjudicial tanto para sí mismas como para los demás.


La psicología señala el victimismo en aquellas personas que tienen un rasgo de personalidad en la cual una persona tiende a considerarse la víctima ante las acciones de los demás. En muchos casos, las personas victimistas buscan victimizarse como una forma de evitar diversas situaciones.
Un victimista deberá cambiar la perspectiva, y ver los diversos eventos de su vida bajo su propia responsabilidad, y no atribuir la culpa a los demás.


Estamos conscientes que la autovictimización quiere llamar la atención en lugar de buscar ayuda legítima, y pretende despertar la pena y compasión de los demás.


No asumes tus responsabilidades porque nadie se pone en su lugar, mientras que la realidad es que cambia la perspectiva a su favor para colocarse cómodamente en el papel de la víctima para justificarse a través de exageraciones, haciendo creer que hizo todo lo posible porque las cosas cambien, cuando en el fondo sabe que no.


En la mayoría de los casos, lo más recomendable es dejar que las situaciones fluyan sin hacer un juicio de valor para entender a los demás, y crear relaciones sociales más constructivas.
Recuerda que no podemos complacer a todos, y no podemos pretender que las relaciones humanas son perfectas.


Si alguien me critica de manera constructiva, en lugar de saltar a la defensiva, podría preguntarle a esa persona exactamente qué quiere decir, y por qué cree que no hice las cosas bien. El diálogo podría abrir la puerta a nuevos puntos de vista, más allá de la constante sensibilidad y queja.
A pesar de que estas personas tóxicas y victimistas no saben que están haciendo daño a los demás, en muchas ocasiones esta actitud suele ser debida a que existen algunas creencias que las limitan, y les hacen tomar la defensiva hacia las personas de su alrededor.


La autovictimización ha rendido buenos frutos como táctica o estrategia de sobrevivencia y lucha en la vida política, pero se torna problemática cuando ciertas personas especializadas en su ejercicio quieren sustituir el debate, la discusión y la objetividad de los hechos concretos con el discurso y la versión fácil de la victimización.


Una persona con el perfil de chantajista emocional o de alguien acostumbrado al victimismo suele siempre hacerse la víctima para intentar evitar la responsabilidad de sus acciones. Es por esto, que si crees que alguien de tu alrededor o tú mismo está pasando por esta situación, lo recomendable es acudir o recomendar a un profesional.
Autor: Omar Nivar

Por Redaccionando

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