La Altagracia.– A las 8:00 de la mañana el cuerpo sin vida del expresidente del Senado, Amable Aristy, ya estaba en la Basílica de Higüey, donde cientos de personas lo esperaban para pedirle a Dios por su alma, y de este modo darle el último adiós.

A pesar de que el ataúd ya estaba en el templo, la familia del político aún permanecía en casa, esperando la llegada del presidente de la República, Luis Abinader, quien acudió para darle el pésame a doña Andrea Cedeño, el “eterno amor” de Castro.

El mandatario no se dejó ver de la prensa, y solo tardó unos 15 minutos para volver a salir, decir adiós con el vidrio del vehículo a la mitad y continuar con su agenda.

A las afueras de la residencia, dos señoras que sentían gran agradecimiento por los favores recibidos, lloraban la partida de quien llamaron “el papá de Higüey”.

Al llegar al templo que estaba lleno de coronas con mensajes de solidaridad, la tristeza era palpable, el ambiente no era diferente al que se presenciaba en su residencia, personas de la provincia, familiares, amigos, seguidores y miembros del Partido Liberal Dominicano (PLR), lloraban la partida a destiempo de su amigo y líder político.

Por la Basílica desfilaron figuras como Ángel Rondón, quien aseguró que en el país no habrá otro hombre como Amable; el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco; Radhamés Camacho, del Partido de la Liberación Dominicana; Julito Fulcar del Revolucionario Moderno y Pedro Botello, quien es legislador y vocero del Partido Reformista Social Cristiano.

Botello destacó la calidad humana que caracterizaba a Aristy Castro, asegurando que, a pesar de ser «traicionado por sus amigos», nunca criticó ni insultó a sus agresores, sino que lloró en silencio hasta que se demostró su inocencia.

Otras personalidades que estuvieron presentes fueron el expresidente Danilo Medina, Margarita Cedeño, Cristina Lizardo e Ito Bisonó. También el ministro de Interior y Policía, Jesús-Chú- Vásquez; el presidente del Senado, Eduardo Estrella; Lila Alburquerque; Antonio Marte, entre otros.

Algunas de estas mismas figuras de la política fueron las que hicieron guardia frente al ataúd; en conjunto con los miembros del PRL, los miembros de la Cámara de Comercio y empresarios de la provincia.

Los pintados de Amable

Unos diez jóvenes sin camisas, pintados de negro con blanco y con un mensaje escrito en algunas partes de su cuerpo, llamaron la atención de los presentes.

Al acercarnos, relataron que eran los Pintados de Amable, muchachos que de un modo u otro fueron impactados de manera positiva por las obras del ex senador y que le estarán eternamente agradecidos.

Uno de ellos, en medio del llanto, recordó que cuando estaba pequeño, tenía una condición de salud y dijo que la única persona que ayudó a su mamá fue Aristy Castro, y que por ello, su amor hacia él será eterno.

Entierro marcado por el dolor y la música triste

Una hilera de decenas de carros, música en honor al amigo perdido, cientos de motores y personas caminando, así estaba el ambiente para darle el último adiós a este ser tan querido por las higüeyanos.

La familia Aristy Cedeño, debido al tumulto, tuvo que bajar de sus vehículos y unirse a personas que los esperaban para ir al cementerio El Buen Pastor, la eterna morada de Castro.

Aquí no solo habían personas mayores acompañando, sino que jóvenes y niños, también se unieron a la caravana que duró casi una hora para llegar al camposanto.

Los cabellos y las decenas de militares que lanzaron las salves tambien hicieron parte de este momento.

Personas subidas en las puertas, arriba de las tumbas, algunos entonando cánticos y las lágrimas de dolor por la pérdida irreparable no faltaron.

Las palabras centrales estuvieron a cargo de Fidia Aristy, primo de Amable, quien aseguró que se encargará de seguir el legado de este gran hombre y dio gracias a Dios por haber sido parte de su historia.

Agradeció a los presentes por la solidaridad ofrecida en esta situación tan difícil.

Al momento de ser enterrado, los hijos del fallecido líder político pedían a Dios que le diera el descanso a su padre y lloraban sin creer que ya su figura paterna, su primer amor, ese ser que había dado todo por ellos mientras tuvo vida, ya había partido de este mundo.

Amable Aristy Casto será recordado por Higüey, no solo como su «Cacique», sino como un hombre honrado, que dio todo lo que tenía y que ayudó a todos sin tener en cuenta partidos políticos.

Publicado por De Último Minuto

Por Redaccionando

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